miércoles, 26 de septiembre de 2012

Caracteristicas Y Principios De La Democracia

CARACTERISTICAS Y PRINCIPIOS DE LA DEMOCRACIA
Cuando hablamos de democracia, lo primero que debemos tener presente es que éste sólo es posible debido a que somos libres, tenemos capacidad de elegir entre varios modos de organización.
Así pues, tenemos que pensar cuáles serían las razones por las que consideramos una clase de sociedad como mejor, como más deseable, más valiosa que otra. También tenemos que pensar en que esta pregunta implica que la sociedad puede cambiar, que no es algo fijo, sino algo que puede darse de diferentes maneras. Las sociedades cambian de acuerdo con lo que los hombres y mujeres que las forman deciden.
Nuestro país está comprometido con un cierto modo de pensar la sociedad que se llama democracia. La democracia se distingue de otros modos de organización social por la participación efectiva de los ciudadanos en la toma de decisiones que lleven al bien común. En principio, democracia significa “gobierno del pueblo” (demos, pueblo y Kratos, gobierno) o de un grupo determinado(oligarquía o aristocracia). En Grecia “el pueblo” estaba conformado por muy pocas personas, sólo los ciudadanos varones, adultos, por ello era posible la democracia directa.
El concepto moderno de democracia se basa en la idea de la soberanía del pueblo aunada a la exigencia de que todos los ciudadanos hábiles para el ejercicio de su razón y de su conciencia cooperen, de hecho en la medida de sus posibilidades, en la decisión de las cuestiones políticas que les afectan, como personas libres y en condiciones de igualdad.
ESTADO DE DERECHO Y APEGO A LA LEGALIDAD
El estado de derecho se refiere al cumplimiento puntual de las leyes en una sociedad la idea de un estado de derecho aparecer frecuentemente ligada a la doctrina política de la separación de poderes, así como al reconocimiento de los derechos humanos en una sociedad.
El origen de la idea de estado de derecho vinculado a la de la división de poderes se encuentra en Montesquie(1689-1755, autor de El espíritu de las leyes). Para este autor, la unidad del todo se entiende como el resultado de un equilibrio dinámico entre las partes. Si faltara este equilibrio, se podría llegar a un gobierno despótico y autoritario por parte del poder ejecutivo. El poder legislativo y el judicial se encargan de proporcionar el contrapaso adecuado para evitar el despotismo.
La teoría del estado de derecho y la de los tres poderes tienen en común su oposición a la concepción que de la sociedad política tenía el absolutismo del Antiguo Régimen, así como su reivindicación de los derechos humanos individuales asociados al liberalismo.
Hans Kelsen(1881-1973, autor de Principios de la ley internacional y Teoría general de la ley y el Estado) desarrolla una idea moderna del estado pleno de derecho vinculada a la democracia y al respeto irrestricto a la leyes y a los derechos humanos. Para Kelsen el estado de derecho se identifica prácticamente con el Estado, por lo que no tendría sentido hablar de estados si estos carecen del estado pleno de derecho.

VOTO Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA
En las sociedades contemporáneas se considera a la democracia como un estado político en el que la soberanía pertenece a la totalidad de los ciudadanos, sin distinción de nacimiento, sexo, fortuna o capacidad. En los grandes estados, los ciudadanos capaces de participar son muchos más, por ello, la participación de todos no es posible sin una forma de representación popular que consiste en elegir representantes que, a su vez, serán los encargados de decidir sobre las políticas más convenientes; a esta forma de democracia se le llama democracia participativa y hace necesario que la constitución de los estados establezca procedimientos que posibiliten la participación ciudadana, procedimientos como los plebiscitos y las elecciones libres y secretas de los representantes del pueblo. Estos representantes son elegidos para un tiempo limitado, son electos según el principio de la mayoría y tendrá obligaciones y derechos perfectamente definidos.
Los partidos políticos deben presentar al pueblo las alternativas políticas entre las que puede elegir, mediante discusiones públicas y la selección de candidatos capacitados.
Pero diferentes estructuras de este sistema representativo pueden producir resultados muy diferentes, de aquí que no haya una fórmula simple para la democracia que relacione las preferencias populares con los resultados políticos.
Por ejemplo, en México los ciudadanos votamos directamente por los candidatos a la presidencia y se cuenta voto por voto. En Estados Unidos, cada estado tiene un porcentaje de electores igual a número de sus senadores (siempre dos) más el número de sus diputados que puede cambiar de acuerdo el número de habitantes. Los partidos presentan sus candidatos a presidentes y a vicepresidentes y los electores votan. El partido que obtenga más votos en cada estado se llevará el total de los votos asignados a ese estado. Gana el candidato que obtenga mayoría absoluta.
Una democracia capaz de funcionar bien presupone la madurez política y la capacidad de juzgar de los ciudadanos, además del esfuerzo que estos tienen que hacer para lograr la disposición de someter los intereses propios a las exigencias del bien común.
Actualmente, la gran mayoría de los Estados acepta la democracia como sistema político en sus diferentes variantes. La pluralidad de partidos, las elecciones libres periódicas, la existencia de las cámaras de representantes y el respeto a los derechos humanos aparecen en todos estos Estados como conquistas irrenunciables. Sin embargo, en muchos países los sujetos políticamente relevantes son los partidos políticos, sindicatos, los grupos económicamente poderoso, mientras que los individuos los son cada vez menos. Parece aumentar la distancia entre los representantes y los representados, entre los partidos y los ciudadanos, lo que plantea nuevos e importantes retos para la democracia.
La mejor manera de enfrentar estos retos es, sin duda, la participación activa de los ciudadanos. Esta participación no se reduce a ir a votar en periodo de elecciones, sino que incluye diversas actividades mediante las cuales se expresa nuestra pertenencia a una comunidad moral de seres humanos libres, tales como pronunciarse públicamente sobre las medidas a tomar para evitar un problema, sobre las políticas a seguir, sobre las leyes a promulgar y esto, no sólo en lo que nos afecta directamente, sino a favor de otros miembros de la comunidad en una actividad solidaria. La participación ciudadana no es solamente un derecho de los ciudadanos, sino, de manera muy especial, un deber cívico de todos nosotros.

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